Intentos Separatistas

Para mediados del siglo XIX los habitantes comenzaron a tomar represalias contra los indígenas, los norteamericanos y las autoridades mexicanas. En 1850 se hizo obligatorio en cada lugar tener siempre una fuerza lista y "bastimento hecho". El bastimento eran las provisiones para un combate largo que podría darse en cualquier momento, y en Nuevo León consistía en bizcochos de maíz, carne seca y chocolate, lo cual con el tiempo formaría la piedra angular de la dieta rural nuevoleonesa, aún en la actualidad.
La respuesta a las invasiones indígenas fue despiadada. Influenciados por los métodos norteamericanos, los nuevoleoneses comenzaron a envenenar las aguas donde bebían las tribus y a pagar por cada cuero cabelludo indígena entregado al gobierno. El combate a los apaches, comanches y filibusteros norteamericanos, si bien brutal e inhumano, trajo gran experiencia a las milicias nuevoleonesas, que terminarían por imponerse en y al ejército mexicano en algunas batallas. Héroes locales, como Juan Zuazua, José Silvestre Aramberri, Mariano Escobedo, Lázaro Garza Ayala y Jerónimo Treviño fueron todos curtidos en esas escaramuzas.
Líder en ese movimiento de autodefensa de los habitantes fue Santiago Vidaurri, quien proclamó el Plan de Monterrey en 1855 restituyendo la soberanía de Nuevo León. Simpatizante de los confederados norteamericanos, Vidaurri anexaría democráticamente el estado de Coahuila mediante un plebiscito y luego se dio a la tarea de formar la República de la Sierra Madre, una de las dos intentonas separatistas más famosas de Nuevo León (siendo la otra la República del Río Grande en 1840). Muerto su brazo militar, el general Zuazua, fue presa fácil de otros militares nuevoleoneses leales a Benito Juárez, mismo que decretaría la separación de los estados nuevamente.

Republica de la Sierra Madre

República de la Sierra Madre era el nombre que hipotéticamente asumirían los estados mexicanos de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas al momento de independizarse por segunda ocasión de México y formar un nuevo país, tal como lo hicieron en 1841 con la efímera República del Río Grande. El término aparece en la correspondencia de algunos políticos liberales del siglo XIX y entre sus promotores se señalaban al gobernador del entonces Estado de Nuevo León y Coahuila, Santiago Vidaurri y al gobernador de Tamaulipas, Francisco Vital Fernández. Vidaurri negó tajantemente la hipótesis en varias ocasiones, sin embargo, el artículo número 50 de su Plan de Monterrey (el cual convocaba a los estados de Nuevo León y Coahuila y Tamaulipas a luchar contra el despotismo) mostraba ciertas ambigüedades, al advertir que:

" si lo creyeran conveniente, concurran a formar, en un solo gobierno, un todo compacto y respetable al extranjero, a la guerra contra los bárbaros y a todo el que pretenda combatir los principios salvadores y de libertad contenidos en los artículos anteriores".

Otro intento..
República del Río Grande

La República del Río Grande fue un efímero país compuesto por los estados mexicanos de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas a raíz de su independencia de México (17 de enero de 1840) debido al descontento popular en la región con las autoridades mexicanas, particularmente con el presidente Antonio López de Santa Anna, el cual favorecía un sistema de gobierno centralista. Tras 283 días de existencia, las tropas de la incipiente república fueron derrotadas en Saltillo y los estados volvieron a ser anexados al país.